Para muchas personas, el hecho de perder a su propia mascota es una de las peores experiencias de sus vidas.
No importa si la muerte se produce de forma inesperada o si ya es evidente: nadie es capaz de llenar ese hueco que ha dejado el animal. Esta tristeza, por desgracia, suelen sufrirla más aquellas personas que han pasado mayor tiempo con su compañero peludo.
Con este artículo, te queremos ayudar a superar la muerte de tu perro y ofrecerte consejos para controlar los impulsos/pensamientos que hagan más soportable la pérdida.
No se trata de olvidar a tu perro sino de aprender formas para aliviar tu dolor y poder seguir con tu cotidiana vida. No tiene importancia si la despedida fue hace sólo unos días o si tuviste que dejar ir a tu amigo hace mucho tiempo, el artículo te servirá si pones en marcha los consejos nombrados a continuación.
Intensidad de la tristeza
En muchas ocasiones, las personas que han perdido a su mascota sienten un dolor más profundo y doloroso que cuando pierden a un familiar cercano o un amigo.
Estos fuertes sentimientos alteran a muchas personas y a veces pueden llegar a pensar que son inapropiados pero… Te aseguramos que, la intensidad no es una equivocación.
Cada persona sufre a su manera
Seguramente te estés preguntando qué puedes hacer o cómo puedes manejar de la mejor forma posible la situación con el objetivo de hacer que disminuya el dolor. Pues, te voy a dejar las cosas claras: No existe ninguna solución inmediata para poder lidiar con esa tristeza.
Cada persona sufre a su manera, si estás ocupado trabajando, lo más normal es que no te puedas tomar un par de días libres para reflexionar. Tal vez estés agradecido de poder distraerte en el trabajo y no estar continuamente recordando a tu compañero de vida.
Quizás eres muy religioso y piensas que te encontrarás con él en algún momento o de otra manera no estás tan abierto a la religión y sientes esta pérdida como una despedida.
Los humanos, nuestras personalidades y nuestras situaciones individuales son muy diferentes unas de otras. Por lo que, no es posible enseñarte un método único y verdadero que te solucionará el dolor. En cambio, sí que podemos enseñarte qué formas de pensar, puntos de vista, rituales y conocimientos ayudaron a otras personas a encontrar consuelo y, por tanto, afrontar la situación.
Antes de pasar a profundizar en este método, tienes que aprender un poco más sobre el dolor, desde un punto de vista científico.
Fases del dolor
Lo típico cuando experimentas una situación tan triste es pasar por diferentes fases del dolor, que se caracterizan por tener diferentes emociones y reacciones físicas o emocionales que varían.
Aunque no se sabe cuanto suele durar y la intensidad de cada fase, la mayoría de personas pasan por estas fases en algún momento de su vida.
Las fases forman un proceso en el que suele ser común recaer en una de las fases anteriores, no tiene porque ser en secuencia una seguida de otra.
Negarlo y no querer admitirlo
Los sentimientos que más tendrás durante esta fase serán el vacío, la irrealidad, insensibilidad, impotencia, el caos y la rigidez.
Seguramente te vengan a la cabeza frases como: “Esto no puede estar pasando”, “No sé qué hacer”, “Todo esto es solo una pesadilla”, etc.
También podrás tener reacciones físico-emocionales. Por ejemplo, un cambio de ritmo cardíaco, sudoración, inquietud, vómitos, desinterés por la mayoría de cosas, confusión y la necesidad de estar solo.
Explosión de emociones
En esta fase, suele estar presente emociones como el miedo, la rabia, tristeza, impotencia y los sentimientos de culpa.
Aquí sueles pensar en que deberías haber sido más cuidadoso y frases como: “Ha muerto por culpa de los veterinarios”, “Debería haber hecho más por mi mascota”…
También se ve acompañado de reacciones físicas y emocionales como la depresión, falta de aliento, inestabilidad en el estado de ánimo, no ser capaz de dormir, pérdida de apetito y desinterés.
Buscar y separar
La soledad, la desesperación, falta de comprensión, impotencia pero, también la alegría y gratitud son, entre otros, los principales sentimientos en esta tercera fase.
Es posible que te sugestiones con pronunciamientos como “Creo que he oído ladrar a mi perro”, “Estoy buscándolo constantemente”, “Mi perro estaría contentísimo si estuviese aquí”.
En definitiva, con estos afectos lo que estás es buscando el contacto de tu mascota hasta que vuelven a aparecer pensamientos de separación para tomar conciencia de que ya no está en este mundo.
En esta fase, tendrás sueños intensos, comportamiento de búsqueda… Incluye también tener diálogos internos e incluso con la mascota fallecida.
Nueva autorreferencia
La 4ª fase se caracteriza predominantemente por sentimientos positivos como la felicidad, alegría, liberación, alivio, gratitud y paz.
Se darán expresiones típicas como «Me alegro de haber aceptado la pérdida de mi mascota», «Por fin puedo volver a concentrarme en otros aspectos de la vida» o «Mi mascota siempre está a mi lado en mis pensamientos».
Sin embargo, el cuerpo sigue siendo susceptible a los impulsos negativos y a los contratiempos en forma de un estado de ánimo inestable hasta que, cada vez, vayas controlándolos con una mayor eficacia.
Cómo superar la muerte de un perro
El dolor es un proceso que depende, en gran medida, del factor tiempo y de tu disposición a mirar la situación con otras perspectivas.
En definitiva, depende de cada persona, para algunas el proceso será rápido y sencillo. Otras, en cambio, tardarán más tiempo y retrocederán de fase cada vez que avancen dos o tres pasos. Por lo tanto, lo principal es ser disciplinado y abrirse a todo tipo de opiniones para traerlas a tu mente cuando sean convenientes.
Eso sí, tienes que encontrar el consuelo y crear una conciencia real de la situación para poder seguir adelante. Por ejemplo, dejar de centrarte en la pérdida y ver el tiempo que habéis estado juntos como un regalo de la vida.
De esta manera, una visión amarga de la pérdida (que, por cierto, es inevitable) se convierte en una visión agradecida y humilde que puede mostrarte lo privilegiado que eres al haber pasado parte de tu vida con tu mascota.
Son estos y muchos otros impulsos los que tienen que ser internalizados para superar el dolor. La situación sigue siendo difícil pero, te aseguro que, no importa lo deprimido que estés ahora mismo… Serás capaz de enfrentarte a la pérdida si te abres a este tipo de pensamiento.
¡Sé fuerte!
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